martes, marzo 18, 2008

La otra Norn

¿Qué era el Norn?
Una lengua muerta.

¿Por qué me suena el nombre?
Porque las Nornas (nornir) eran unos entes femeninos de la mitología Nórdica que tenían poder sobre el destino de hombres y otras razas. Digo yo que te sonará de eso.

¿Dónde se hablaba?
En las Islas Shetland y las Islas Orkney, en la costa Norte de Escocia y en el Condado de Caithness, que también está en el Noreste de Escocia.

¿Una lengua muerta? ¿Cuándo murió?
Probablemente se dejó de hablar a finales del siglo XVIII, aunque sobrevivió algún tiempo más en el folklore popular. Tras ser cedidas las islas a Escocia por Noruega en el siglo XV (Orkney en 1468 y Shetland en 1469), el Scots (Escocés, de origen germánico) fue desplazando al Norn.

¿Se sabe quiénes fueron los últimos que podían hablarlo?
Glanville Price, en su "The Languages of Britain" afirma que en 1893 aún había gente que podía "repetir frases en Norn" (probablemente canciones o poemas populares) en las islas Foula y Unst (las más remotas de las Shetland). El último hablante nativo de Norn se llamaba Walter Sutherland y era originario de la isla de Unst. Murió alrededor de 1850.

¿De dónde venía el Norn?
Se trataba de una lengua Germánica, del tronco Nórdico. Es decir, tenía parentesco con el actual Noruego, Sueco, Danés o Islandés.

¿A qué lengua de las que has mencionado se parecería más?
Dentro del tronco Nórdico, el Norn pertenecía al grupo Escandinavo Occidental. Es decir, era de la misma familia que el Noruego, el Islandés y el Faroés. De hecho, es con éste último lenguaje con el que guardaría mayor parecido. Es incluso probable que fueran mutuamente inteligibles.

¿Tenía dialectos el Norn?
Algunos estudiosos piensan que el Norn que se hablaba en Caithless era distinto al de las Islas, y por eso hablan del "Norn de Caithless", pero no hay acuerdo sobre el particular, así que es mejor no hipotetizar sobre dicho dialecto.

¿Qué tenía de peculiar su pronunciación respecto a idiomas de la misma familia?
Comparado con idiomas de la misma familia, las oclusivas sordas /p, t, k/ se habían hecho sonoras en Norn (/b, d, g/). Las fricativas dentales /θ/ y /ð/ entre o delante de vocales se convierten en las oclusivas alveolares /t/ y /d/. En esto se parece a los dialectos del Noruego del suroeste (lo que no debería extrañarnos puesto que geográficamente es la zona que cae más cerca de las islas).

¿Y la gramática?
Por lo que sabemos, era en general muy parecido a otras lenguas de la misma familia. Como el resto de lenguas Germánicas, tenía tres géneros (masculino, femenino y neutro), cuatro casos (nominativo, acusativo, genitivo y dativo) y dos tiempos principales para la conjugación del verbo (presente y pretérito). Con otras lenguas del tronco Nórdico tiene en común sus dos números (singular y plural) y que el artículo definido se forma mediante un sufijo que se pospone al nombre, no mediante una palabra separada que se antepone (como nuestros artículos "la" y "el"). Existen indicios de la existencia de cláusulas sin sujeto, lo que es característico del grupo Escandinavo Occidental.

¿No me cuentas nada más?
Mañana; ahora me voy a dormir.

jueves, marzo 13, 2008

Staírno Afhwapida

Una llama se apagaba hoy,
llama que aguantó mil vientos
Una estrella cayó hoy
y el cielo es más ciego que ayer.

¿Qué tiempo es una vida para conocerse?
Hijos somos todos, ingratos a la fuerza,
ingratos desde el primer día porque
de ese don, ¿quién puede restituir la medida?

Una llama se apagaba hoy,
llama que aguantó mil vientos
Forcemos un pacto que nos traiga
un recuerdo de ese calor,

Hagamos ese pacto furioso
de cantar las canciones
que no pudiste cantar,
de reír con las risas
que no pudiste oír.

Flores sembraste en cuyos ojos
veremos tus ojos
y en cuyas risas
oiremos tu risa.

Ella que te dio la vida
Vuelve a un lugar, quizá
Donde no soplan vientos tan ásperos.

Qué tiempo es una vida para conocerse.
Y quién soy yo para saberlo.
Quién soy yo, que ni siquiera
tengo derecho a llorarte.
Pero duele la madre y duele el amigo.
Qué sé yo, pero he prometido
luchar por esas risas y esos sueños.

lunes, marzo 10, 2008

Cuando Debas

Cuando debas afrontar un reto, cuando debas enfrentarte a un deber.
Cuando debas luchar. Recuerda.

Tendemos a pensar que estamos fuera (por encima) de la Naturaleza. Pero somos de ella. Y olvidamos también que nuestro enemigo, nuestro reto, también pertenece a ella, sea físico o abstracto, pegue contra tu piel o esté a mil años de ti.

Olvidamos por tanto uno de los poderes de la naturaleza: el del tallo que se abre paso entre el asfalto, el de la ola que carcome el precipicio. Pero tenemos ese poder. Observa, espera. Busca el resquicio y la grieta. Cuando no puedas más, cuando sufras, espera, observa y no pierdas la esperanza. Porque el mundo está gobernado por las mismas leyes que nosotros, y si nosotros podemos doblegarnos y rompernos, también puede eso que nos aflige romperse y doblegarse. Una grieta acabará manifestándose, un punto débil, un acceso a nuestra voluntad.

Piensa en ello cuando debas luchar.

viernes, marzo 07, 2008

Viento

Paseando por la ciudad, tras el almuerzo, surge un recuerdo de hace décadas. La ciudad y el sol son los mismos, los muros de piedra gris claro y el dorado tibio de la luz del día. El rumor sordo de los coches y el sonido de la actividad humana en la vorágine de la urbe crean un fondo sonoro que resulta agradable; será porque me habla de rutina y de estabilidad, o porque es el comienzo del hilo que lleva hacia el profundo recuerdo, el recuerdo de estos mismos paseos hace décadas. Ya puedo hablar de décadas de recuerdos. El tiempo es inmisericorde.

Mediodía soleado en los primeros meses del año. El viento está presente, aquí y en el recuerdo. Es uno de las fibras que componen su tejido, al igual que el hormigón y el sol. Recuerdos de niño. Papá, mamá, atrás, el carro, mis titubeantes pasos, el rugoso tacto de la piedra y el hormigón, la maravilla ¿por qué no cartografiamos los infinitos relieves de las paredes? Un muro de habitación supondría tal labor que llenaría la vida de un hombre. Somos inconscientes de los infinitos que creamos, al igual que los insectos y los pájaros.

Tomo conciencia de que he recordado ésto, y lo más sorprendente, me invade la seguridad de que lo volveré a recordar. Es como un déjà vu explicable y sensato. La suma de sensaciones está entrelazada como los aromas en un vino; volveré a reconocer este mismo tiempo, dentro de un año, o dentro de tres décadas. Se repetirá y yo lo reconoceré, y un día se repetiré y yo ya no estaré para reconocerlo. No importa; habrá otros niños tanteando las paredes y maravillándose de las minúsculas ciudades y escenarios de batallas que allí se desmoronan sin que nadie se acuerde de ellas, aunque en la escala de los siglos son iguales que Adrianápolis, Hastings, Waterloo.

Luego, acabada la jornada, siento el viento al salir de la estación. Esta vez es ya un viento nocturno. Está cargado de la humedad y el sabor de una tormenta lejana y fría, y hace pensar en el refugio. El refugio es sagrado, eso se entiende al sentir la lluvia y el viento y el cansancio. Me dirijo a casa. Siento el viento soplar, fuerte y me alegro de sentirlo; es un buen viento, uno que te hace sentir vivo, apretar el paso hacia el refugio. Cambia la música que oigo y casualmente suena Tears for an Eastern Girl, de Nature And Organisation, y los primeros acordes coinciden con el paso a través de los arriates de flores, el descanso de un establecimiento, árboles, una pérgola. Es trabajo que me hace pensar en elfos y en otros tiempos, y entre dos parpadeos he vislumbrado una visión tranquila que me hace feliz.

Una fuente cantarina se une a la canción. Me doy cuenta de que comienza la primavera. Justo cuando el viento acerca las primeras gotas de una lluvia fina, paso al lado de una pareja que sonríe mientras se besa.

Cenotl

Sumergirse en el Pozo
de aguas negras, heladas.
Un frío de antes de la creación
cuando no eran las estrellas sino un sueño
o nosotros no nadábamos siquiera
en las aguas felices del seno materno.

Sumergirse en esa Negrura
en esas aguas de frío que penetra hasta la médula,
que penetra como hilos o agujas
agujas infinitesimales
hasta anular nuestros nervios,
disolver nuestros huesos.

Sumergirse sin miedo en el Frío
sentir la muerte uno a uno de cada pensamiento
abrazar la negrura del alma absoluta
detener cada molécula y cada sueño
ser uno y todos y uno y por fin nada.

Sumergirse sin miedo en la Pureza
una vez hecho sólo negrura y frío y nada,
sentir la muerte de todos los pecados
y resurgir limpio, impoluto, nuevo, completo
y al Sol hacer del frío el primer y único recuerdo.